Puede parecer una elección sencilla, pero comprar un proyector puede generar más dolores de cabeza de los que puedes imaginar. Son muchos los factores que tener en cuenta para asegurarse adquirir un modelo de calidad. Son tantos que pueden superar los conocimientos básicos que la mayoría de los compradores tienen.
Pero no te preocupes, en esta guía de compra te hemos hecho un resumen de los puntos clave que debes considerar para hacer una adquisición segura e inteligente. En este artículo, encontrarás las recomendaciones más importantes sobre cómo elegir un proyector. Así, no cometerás ningún error.
Guía de compra y mejores modelos
Antes de mirar, ¿qué debo tener en cuenta?
Si has realizado una rápida búsqueda de los modelos disponibles, seguro que habrás encontrado con características diferentes en cuanto a conexión, software, funciones y precio.
Si no sabes cómo escoger un proyector, debes saber que cada equipo tiene su punto fuerte y débil, aunque es posible tratar de equilibrar las especificaciones para así terminar comprando un dispositivo perfecto en cuanto a su relación calidad/precio.
Por tanto, se pueden considerar los siguientes elementos antes de optar por un modelo definitivo:
Función
Ya sabrás que los usos de un proyector son muy variados: desde su función convencional para presentaciones laborales y educativas, hasta para jugar a videojuegos en pantalla grande.
Un uso cada vez mayor entre los usuarios es para disfrutar de cine en casa, algo que ha pasado de ser una práctica secundaria a una principal. Como es natural, cada contexto exige especificaciones particulares, de modo que estas ayuden a mejorar su rendimiento en la práctica.
Un elemento importante teniendo en cuenta lo anterior es la relación de espectro. Para gaming y funciones de cine en casa, lo ideal es que sea 16:9, dejando de esta manera la proporción 4:3 para presentaciones.
Estas últimas, por cierto, generalmente se realizan en espacios luminosos, razón por la cual las especificaciones de proyección del equipo deben ajustarse funcionalmente. Como se puede ver, primero hay que definir la función que se le dará y, después, proceder a buscar los modelos que se ajustan a este criterio.
Espacio
Es necesario precisar los elementos que se tienen a mano y que jugarán un rol importante a la hora de aprovechar las funciones del dispositivo.
En primer lugar, el espacio disponible para colocarlo. En base a las características de la sala, por ejemplo, será conveniente adquirir modelos de determinado tamaño. En este sentido, también habrá que ver qué distancia tenemos hasta la pantalla. Si tenemos poco espacio, es posible que sea conveniente un proyector de tiro corto.
En este punto también interviene la cantidad de luz que entra en la habitación y las opciones que se tienen a la mano para bloquearla. Ten en cuenta que, por muy potente que sea, la resolución o el brillo de un proyector no servirá de nada si la luz da directamente en la superficie donde se refleja.
De esta manera, se recomienda acoplarlo con una buena superficie de proyección. Por regla general, las paredes, aun cuando sean lisas y blancas, no son la mejor opción. Para ello existen lonas especiales o pantallas que impiden que la luz rebote y captan la imagen con la mayor fidelidad posible. Además, si tenemos una sala muy espaciosa o con mucha luz natural, tendremos que tener en cuenta la potencia lumínica y el contraste del dispositivo. Es posible que necesitemos un proyector profesional o para exteriores.
¿Necesito alguna característica en particular?
Al margen de lo anterior, no se puede pasar por alto las características específicas que se están buscando.
Por ejemplo, no todo proyector cuenta con tecnología 3D, por lo que se debe asegurar que el modelo que se piensa adquirir sí la tenga en caso de que se busque esa característica. También encontramos elementos que facilitan su control, como lo es un mando a distancia o el sistema operativo de su software (como Android, por ejemplo).
Presupuesto
Como no podría ser de otra manera, el presupuesto disponible es otro factor clave al hacerse con un dispositivo de calidad.
Aunque existen excepciones, se debe tener en cuenta que cuanto mayores sean las especificaciones que quieras, más será el dinero que debas invertir. Puedes encontrar presupuestos de todo tipo: desde aquellos que no superan los 100 euros hasta los que están por encima de los 1.000. Si no tienes demasiado, es posible que te interesen los proyectores baratos.
¿Dónde irá colocado?
La instalación es otro de los problemas a los cuales se debe enfrentar antes de hacerse con el dispositivo.
Si dejamos de lado elementos secundarios, su disposición en la sala es quizá lo más importante. No todo proyector ha sido diseñado para anclarlo en la pared o colgarlo en el techo, ya que dependerá de la distancia de transmisión a la cual está regulado: de tiro corto, medio o largo.
Tan pronto se tiene claro este rango, se puede proceder a localizar la zona perfecta para su instalación. Los proyectores de techo son perfectos para maximizar el espacio disponible (si la sala es muy pequeña, por ejemplo) y para sacar un mayor partido a su conectividad inalámbrica (si la tiene, por supuesto).
Para ello se debe comprar una base especial lo suficientemente segura para garantizar su estabilidad. Si esto no es posible, siempre se puede optar por el método convencional sobre una mesa o, si se prefiere, encajado en la pared.
¿Irá fijo o portátil?
Ampliando el apartado anterior, se debe considerar que la zona final donde se sitúe repercutirá directamente en el grado de movilidad y disponibilidad que se tendrá de él.
Los que se han colocado en el techo son de movilidad reducida. La mayoría de las veces el sitio elegido será fijo. Esto puede ser contraproducente si quieres cambiar de habitación o utilizar el equipo es otro contexto.
En este sentido, también tendremos que pensar en el diseño, tamaño y peso del producto. Si tienes que moverlo a menudo, quizá es una buena idea hacerte con un proyector mini portátil.
¿A qué quiero conectarlo?
Siempre y cuando sea compatible, la mayoría de los modelos pueden ser conectados a videoconsolas, televisores, Blu Ray, cámaras, USB, tabletas y móviles. No obstante, su compatibilidad puede ser mayor o menor en función con las características de software de cada modelo.
Este es un elemento imprescindible a considerar, ya que es posible que termines haciéndote con equipo que no se puede acoplar con el dispositivo que tenías pensado en un principio. Muchos modelos, buscando un precio más asequible, reducen su compatibilidad solo a lo esencial. Actualmente, en cuanto a conexiones, los más comunes son los proyectores HDMI, aunque se están popularizando mucho aquellos que se pueden conectar fácilmente con smartphone. Nosotros hicimos un análisis de los mejores proyectores para móvil.
Distancia a la pared
Por último, y como ya se ha dicho, siempre se debe revisar el manual de uso de cada modelo para así determinar la distancia de proyección. Este factor es crucial, ya que incide positiva o negativamente según lo que está buscando el comprador.
Muchas marcas disponen de su propia aplicación o página web para calcular de forma precisa la distancia promedio, algo que se puede tener como base en caso de que persistan dudas.
Factores a tener en cuenta en el proyector
Una vez tenemos claras algunas consideraciones previas, podemos empezar ya a analizar nuestras opciones según los siguientes puntos clave:
Tecnología de proyección
Los proyectores se catalogan principalmente por el tipo de tecnología de utilizan para la trasmisión de imagen. De este modo, se podrían clasificar según LCD, DLP, LED, LCoS y Láser.
Cada uno tiene sus ventajas y su precio puede variar significativamente. En líneas generales, y teniendo en cuenta su uso por encima de sus especificaciones, podemos definirlos así:
- LCD: se obtienen colores más naturales, se aprovecha mejor el brillo emitido y cuentan con una serie de modelos muy asequibles al bolsillo. Su desventaja, por el contrario, es que los tonos negros no son tan profundos y requiere limpiar periódicamente los filtros para evitar que el polvo se acumule.
- DLP: a diferencia del anterior, en estos equipos los negros son perceptibles con mayor contraste respecto a otros colores. Se pueden apreciar de esta manera todos los tonos posibles en la imagen. La mayoría de los modelos no integran filtros, ya que su chip principal está sellado al vacío, impidiendo de esta manera la entrada de polvo.
La desventaja es que pueden ser un poco ruidosos si se comparan con los demás.
- LED: son muchas las ventajas de los dispositivos que operan en base a la tecnología LED. Podemos mencionar una vida útil más extensa (la cual puede superar los 25 años con facilidad), un menor impacto ecológico y un diseño más compacto en cuanto a su peso y dimensión.
Por contra, el brillo y la nitidez suelen ser menores, salvo que se adquieran modelos especiales (lo cual incrementa su valor).
- LCoS: posiblemente los modelos más estándar, ya que conjugan las virtudes de LCD y el DLP. Es decir, permiten un buen equilibrio entre los negros, se alcanza un buen espectro de brillo y cuentan con una resolución inmejorable (en la cual los píxeles son casi imperceptibles).
Su punto débil es que no son especialmente baratos, llegando a encontrar modelos que superan la barrera de los 1.000 euros con facilidad.
- Láser: amplían la mayoría de las virtudes comentadas, como lo es la nitidez, el brillo, las sombras, el color y el contraste. También son más duraderos, ecológicos e indiscutibles si lo quieres para reproducción en 3D. Considerando que aún no es la tecnología estándar, su precio es significativamente superior.
Se debe tener en cuenta que ninguna tecnología es perfecta. Algunas son mejores que otras, pero siempre tendrán aspectos que se contrastan con las demás. En términos generales, todas son recomendadas, aunque en base al uso que se dará conviene elegir una por sobre otra. Con esto en mente, se puede tener como guía lo siguiente:
- Si el equipo solo se va usar en contextos domésticos, podríamos optar por los DLP.
- Para usos profesionales (como presentaciones o reuniones, también en contextos educativos), los de LCD son de gran ayuda por el equilibrio de sus prestaciones.
- Considerando que integran las virtudes de dos tecnologías, los LCoS se adaptan sin dificultad a todos los contextos. Desde proyectores gaming hasta presentaciones escolares.
- Para un mayor ahorro energético y económico (las bombillas en los demás modelos se deben cambiar después de cierto tiempo), los LED son los primeros de la lista.
- Si se quiere disfrutar de todo lo anterior, y siempre que el presupuesto lo permita, los láser están recomendados al 100%.
Brillo y potencia
El brillo, o la potencia lumínica como se le conoce en el sector, es uno de los elementos que mayor importancia tiene para algunos compradores.
El valor utilizado para medirlo se basa en lúmenes y tiene en consideración el espectro del Instituto Nacional Estadounidense de Estándares (ANSI), por lo que también se le conoce como lúmenes ANSI. Aquí, lo importante es entender que cuanto mayor sea el espectro de un modelo mayor es el grado de configuración de brillo disponible.
Aunque en función del lugar de proyección, 300 lúmenes pueden ser suficiente, se recomienda que, al menos para contextos familiares y caseros, el equipo integre un espectro cercano o igual a los 1.000 lúmenes.
Por el contrario, para ambientes de trabajo o formales, se recomienda que la escala esté sobre los 3.000. Todo esto debido a que en estos lugares suele haber un menor control de la luz que entra a la sala. Por lo tanto, es importante disponer de un espectro mayor que se pueda regular en función de cada caso.
Ten en cuenta que algunos fabricantes no operan con esta medida (considerada estándar por la mayoría), sino lo que se conoce como lúmenes pico. Aunque en el papel sea superior, lo cierto es que, al hacer la conversión al sistema ANSI, se consigue solo un cuarto de potencia.
Contraste
El contraste no es más que la diferencia perceptible entre los puntos claros y oscuros de una imagen. Este valor va de la mano con el brillo, puesto que se necesita un equilibrio para poder disfrutar de las virtudes de cada especificación.
El estándar recomendado es 1.000:1, valor que se traduce en que la zona más clara de una imagen lo será 1.000 veces en comparación con la zona más oscura. En base a esto, podemos determinar que cuanto mayor sea la relación de contraste, mejor será la experiencia de visualización (esto se puede graduar a gusto de cada observador).
Este se divide en contraste dinámico y estático, siendo este último el más importante a la hora de determinar la conveniencia de un modelo.
Si quieres un dispositivo que permita configuraciones versátiles, debes procurar hacerte con uno cuyo espectro sea igual o superior a 1.500:1. Si eres más exigente, también puedes optar por modelos con una variable sobre los 3.000:1.
Resolución
Es uno de los aspectos que mayor énfasis hacen las marcas para poder vender sus productos, pero que debe ser considerada con detenimiento. La razón es que muchos solo incluyen la resolución máxima y no la nativa o estándar, que es en la práctica la que se podrá disfrutar la mayor parte del tiempo.
Antes que nada, se debe recordar que la resolución no es más que el número de píxeles por ancho y alto de una imagen. Podemos distinguir, así, la siguiente escala: HD (1280×720p), Full HD (1920 x 1080p), Ultra HD (3840 × 2160p), 4K (4096 x 2160p) y 8K (7680 × 4320p). En el caso de este último, aún son muy pocos los modelos disponibles.
Por otro lado, también podemos encontrar otras medidas que son comunes en algunos fabricantes. Por ejemplo, vemos WVGA (854 x 480p), SVGA (800 x 600p), XGA (1024 x 768p) y WXGA (1366 × 768p).
Tamaño máximo de pantalla y distancia de proyección
Normalmente, se suele incluir en las especificaciones como throw ratio, en el primer caso, y throw distance, en el segundo. Dejando a un lado las definiciones técnicas, básicamente es la distancia a la cual se puede colocar el equipo para alcanzar un determinado tamaño en la superficie de proyección.
Aunque existen modelos con medidas intermedias, se suelen catalogar como de tiro normal y de tiro corto. Los primeros suelen variar de modelo en modelo, pero lo normal entre algunos fabricantes es utilizar el espectro 3:1. Es decir, que situando el dispositivo a tres metros de la pantalla se alcanzará un ancho de aproximadamente un metro.
En cuanto a los de tiro corto, un valor utilizado con frecuencia es el 0,5:1. Esto quiere decir que a medio metro de distancia en relación con una pantalla se podrá obtener una imagen con un ancho de un metro.
Estos valores no son estándar (como el caso de la resolución) y varían según el modelo. Se debe verificar tanto el throw ratio como la throw distance de forma individual y no dejarse llevar solo por la categoría inicial.
Conexiones
En este punto podemos catalogar dos tipos de conexiones: las que permiten un acoplamiento a través de cable y las que lo hacen inalámbricamente.
En el primer caso encontramos las ya estándar HDMI y USB. Estas están prácticamente en todos los dispositivos desde hace más de 5 años y han sustituido a la conexión estándar anterior: RCA y VGA.
Para complementar las limitaciones de esta algunos también integran Bluetooth y WiFi, lo que puede simplificar el emparejamiento con móviles, tablets, ordenadores y altavoces prescindiendo de los cables.
Al igual que en caso anterior, la mayoría de los modelos suelen integrar ambos métodos, aunque siempre se debe verificar antes de una compra.
De forma menos frecuente, algunos también permiten VGA, útil si quieres conectar un ordenador que solo soporta este tipo de conexión. Esto último nos permite concluir algo: en función del dispositivo que se va a conectar, se debe hacer énfasis en un puerto de entrada que permita la conexión.
Tamaño y peso
Es importante por si quieres trasladarlo regularmente o, por el contrario, mantenerlo en un lugar de reposo.
En el primer caso, se recomiendan los mini proyectores, los cuales funcionan casi siempre con tecnología LED y se pueden mover fácilmente. A pesar de su tamaño, su potencia no se ve descompensada significativamente, llegando a incluir todas las prestaciones de un modelo convencional.
Una variante de estos son los proyectores de bolsillo, o proyectores portátiles, que son perfectos para acoplar smartphones o consolas tipos Nintendo Switch de forma rápida e inalámbrica.
En el caso de las variantes tradicionales, su peso y tamaño los hace indicados para situarlos en una superficie fija y después guardarlos en un lugar cercano cuando no usen.
Si se busca un equipo para ver películas en casa, los convencionales son la mejor opción. Si en cambio se suelen hacer varias presentaciones a la semana en salas diferentes, entonces uno en formato mini cumplirá las expectativas de transporte y calidad de proyección.
Funciones y características extra
Entre las cuales podemos mencionar la proyección de imágenes en 3D, posibilidad de disfrutar de TDT integrada, funcionamiento en base a un sistema operativo Android, acceso a zoom óptico, corrección Keystone (para evitar deformaciones en la imagen), desplazamiento del lente (vertical y horizontal, para así ajustarse a superficies irregulares) y memoria adicional.
El precio puede variar en función de la inclusión de alguno de estos elementos, aunque puede ser una buena inversión si lo vamos a utilizar.
Input lag
Funciona en relación a la tasa de refresco. Aunque el estándar de este último suele ser de 60 Hz, si utilizas el equipo para jugar a través de una videoconsola o para ver películas en 3D, lo mejor es que sea de 120 Hz.
La tasa de refresco es la cantidad de veces que se actualiza la imagen en pantalla cada segundo. En ciertos contextos puede ser de gran importancia para distinguir elementos rápidamente.
El input lag es el tiempo que tarda en procesar la imagen y transmitirla en la pantalla. Cuanto más baja sea esta, mejor, aunque no se debería tener problemas con el estándar de 40 ms. Como se puede ver, ambos procesos están interconectados y son de gran valor para evitar retrasos en tiempo real.
¿Necesito algún accesorio?
Dependiendo del uso que le dará al equipo, podemos considerar añadir algún accesorio que pueden ayudarnos a tener una mejor experiencia.
Algunos como las mesas para proyectores, sistema de sonido, gafas especiales en 3D, soportes de pared, bolsos de transporte y similares pueden ser de gran utilidad. En este caso, dependerá del presupuesto de cada usuario y la necesidad que tengamos. Si es un accesorio práctico y funcional, siempre es aconsejable su compra. Aquí tienes algunos de los más comunes:
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